domingo, 30 de abril de 2017

Nada te turbe





Los acontecimientos se precipitaron de manera inesperada. Los periódicos se hicieron eco de la noticia y todos respiraron tranquilos y aliviados ¡Por fin se había detenido al asesino!

Desde 1982 sin fallar ni uno solo, durante las celebraciones de la tradicional Semana Santa de Cuenca se cometía un asesinato. La víctima siempre era uno de los miembros de alguna de las cofradías de las muchas que participaban en las procesiones que tenían lugar durante esos días.

Treinta y cinco muertes injustificadas cuya resolución había tenido en jaque al cuerpo policial y a la guardia civil. Esclarecimientos de los hechos que daban un respiro al gobernador que compareció ante la prensa nacional explicando con detalle cómo se habían acometido los trabajos de investigación y seguimiento para detener al culpable. Este no era otro, que un conocido sospechoso y en principio simple alborotador. Que aprovechaba los tumultos y las concentraciones masivas de personas, que se originaban en los desfiles de las diversas cofradías a lo largo de las calles de la población Castellana para cometer sus crímenes.

La única prueba aportada era el haber encontrado al culpable tirado en la acera junto al cadáver de su última víctima. puesto de alcohol hasta las trancas y las manos llenas de sangre. Suficiente para inculparle y cerrar el ominoso caso que tenía desquiciadas a las autoridades, aunque no hubiera rastro del arma homicida.

                               


Cada vez le resultaba más difícil ser el mejor timbalero de la procesión conocida popularmente como: "Las Turbas."* Eran muchos los que querían ingresar en esta cofradía de hermanos tan famosa en la comunidad castellano manchega y con renombre a nivel mundial.

Muchos eran los candidatos que querían destacar con sus tambores haciéndolos sonar con furia en los desfiles del viernes santo. Pero solo él ponía verdadera devoción en lo que realizaba.

Cada golpe con la maza en el cuero de su timbal, formaba una letra que a su vez se convertía en frase y esta, en una especie de sincopado rezo en forma de canon repetitivo que memorizó de uno de los poemas de la Santa Teresa y que rezaba: 

“Nada te turbe nada te espante. “Todo se pasa, Dios no se muda todo lo alcanza.”

Cada año se imbuía de fervor por “su tradición” que era como una penitencia de obligado cumplimiento. Golpear y golpear hasta la sangre repitiendo las letras que formaban la frase. 
Sabiendo que se jugaba su integridad física. 

Este era su último año en Cuenca. Se saldría de la cofradía y se incorporaría a alguna de Sevilla, Salamanca o Valladolid. En realidad le daba lo mismo, el caso era acometer con entusiasmo su misión en este universo de pecadores.

Su timbal lucía con orgullo las señales ensangrentadas y resecas que año tras año como galardones, volvían a humedecer el parche de cuero de becerro que cada vez sonaba más recio, más grave, más ronco y que hacia vibrar su corazón, y enaltecía su alma inmortal con su sonido inigualable y carismático.

Lo único que le diferenciaba a él de los demás tamboreros era precisamente esa sangre impregnada en el mazo, en el cuero y en sus manos.
Los demás se dejaban su propia piel en cada toque. Él elegía víctimas propiciatorias como hiciera Abraham en su momento, y las inmolaba para que formaran parte de cada una de las letras de su oración.

La Semana Santa del 2017 llegaba a su fin y con ella un ciclo. Elegiría una nueva oración, una nueva ciudad y unas nuevas víctimas.

Sonreía cuando en los noticiarios oía como le calificaban de asesino en serie, cuando en realidad era un fervoroso y piadoso penitente.


Derechos de autor: Francisco Moroz


*"Las Turbas" 
Una procesión que tiene lugar el viernes santo en la ciudad de Cuenca, dentro de las celebraciones de la Semana de Pasión.
 También conocida como la "Procesión de los borrachos" o 
"La Tamborrada" se caracteriza por la asistencia de miles de cofrades que gritan mientras hacen sonar timbales, tambores y clarines. Símbolo del escarnio al que fue sometido Jesús de Nazaret.



Propuesta presentada al reto de la comunidad: Relatos compulsivos.
Escribir una historia basada en la imagen que la antecede.



jueves, 27 de abril de 2017

Arrebato fatal




Nada más regresar a casa y abrir la puerta noté las malas vibraciones que fluían a través del pasillo. Esa atmósfera densa en la que se podía masticar la tensión.
Saludé no obstante por si hubiera alguien, pero nadie me contestó, o al menos ese alguien no quiso hacerlo.

No le di mayor importancia al asunto y me dirigí al baño para asearme rápidamente y sentirme fresco después de la jornada agotadora en la fábrica. Por el olor que había aspirado al entrar, hoy se preparaba algo sabroso en la cocina. Mi mujercita es buena cocinera y lo demuestra cada vez que me sorprende con esos aromas y sabores culinarios.

Con lo cual,  suponiendo que ella se encontraba realizando alguna maravillosa especialidad gastronómica, dirigí mis pasos hacía allí, donde un estómago hambriento dirige a unos obedientes pies.

Nada más asomar por la estancia me percaté muy tarde que no me había metido en la cocina, sino en la boca del mismísimo lobo, personificado este, en la figura femenina de mi consorte.

Su cara era la fiel estampa de una de las furias mitológicas y su actitud ejemplo de posesión diabólica; hablaba sola mientras caceroleaba y echaba utensilios a la pila y removía un sofrito en una sartén con inusual energía y brusquedad.

Cuando la saludé pegó un brinco del puro sobresalto al no esperar mi presencia. Comprendí el porqué de la falta de respuesta ante mi anterior saludo al entrar en nuestro hogar: No me había oído, pero esta vez sí que lo había hecho, y en cuanto se recompuso de la sorpresa me miro echando chispas por los ojos y el que tuvo que oírla fui yo. Empezó a decirme:

-Tú y tu santa madre me tenéis hasta la coronilla. –Esto lo hacía mientras sostenía una cuchara de palo en la mano como una herramienta mortal.-

-¿Pues qué le pasa a mi madre? ¿Y qué he hecho yo para merecer tal recibimiento?

-¡Nada, el señorito no ha hecho nada! ¿Quizás que la has dicho que viniese a comer hoy que no tenía plan ni previsión de que lo hiciera?

-Mujer, es mi madre, y me llamó anoche porque tenía ganas de vernos y me preguntó si era buen día para venir.

-¡Eso mismo es lo que pasa! ¡Y aún te parecerá poco! –Respondió.

-¿Porque yo no cuento? ¿A mí no se me consulta si me viene bien o mal? ¿Yo soy el mero instrumento para preparar la comida para complacer a la mamá y a su hijito? ¿Es eso? ¿Pues sabes lo que te digo? ¡Esto termina aquí!

Dicho y hecho, había soltado el cucharón de forma rápida e inesperada, y con la misma soltura y no sé bien como, vi aparecer otra herramienta en su mano, una que podía ser perjudicial y que me hizo sentir inseguro. Un cuchillo afilado que parecía soltar los mismos destellos asesinos que su portadora.

-Tranquilízate mujer, -le dije, a la vez que levantaba las manos como símbolo de rendición-
-Sabes que estas cosas son inesperadas y tienes que decidirlas en el momento, sin consultar a terceros.

Ese fue mi gran error, no mediaron más palabras. Ella me lo había lanzado al pecho.

Vi con sorpresa como, en mi camisa blanca se formaba una mancha roja que se extendía, mientras goteaba hasta el suelo formando un pequeño charco salpicado con trozos de lo que parecía carne picada.  Entonces comprendí con horror lo que había pasado. Creí morir en el momento en que me percaté de que la muy…

...Me había tirado al pecho el bol, lleno de esa salsa a la boloñesa que sabe que me gusta tanto.
Con su acción me daba a entender que la conversación había concluido, y que hoy me quedaría cabreado y con hambre. 

Ella sin embargo siguió troceando con la afilada herramienta de cocina, una lechuga.

¡Tan frescas las dos y como si nada!



Derecho de autor: Francisco Moroz







lunes, 24 de abril de 2017

Reflexión





A buen puerto llegaría
si mis ángeles custodios
me llevaran de la mano.

Si la suerte pasajera
viniera de vez en cuando,
o la caprichosa fortuna
derramara sus regalos.

Pero en tanto me conformo,
que tengo ángeles sin alas
habitándome la casa
a los que tender mi mano.

Siendo yo custodio de ambos;
teniendo suerte al tenerlos
y la fortuna de amarlos.

¿Qué mayor regalo que ese?
si antes lo pienso me callo.

Pues no necesito nada
al ser poseedor de tanto.
Ya no quiero ni deseo,
tesoros más grandes guardo.



Derechos de autor: Francisco Moroz

jueves, 20 de abril de 2017

Renovar o morir





El traje era auténtico al igual que los pantalones y la corbata. Todo de marca, todo recién planchado y acabado de entregar por el servicio de tintorería.

Gracias a los donantes se estaba haciendo con un buen fondo de armario. 
La única pega que encontraba, eran esas recalcitrantes manchas de sangre que se resistían a desaparecer del todo. 

Reminiscencias de sus víctimas que nunca se desnudaban voluntariamente.



Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 17 de abril de 2017

¡Todos a escribir! O al menos el que quiera.






¡Hola a tod@s!

En esta ocasión no traigo un relato al blog, como suelo, sino una invitación para que lo escribáis vosotros (bueno, relato, microrrelato, versos, o lo que se os ocurra). ¿Y dónde está la gracia entonces, si ya escribe cada uno lo que quiere? 

Pues en la propuesta que Julia C. Cambil y yo hemos preparado para vosotros y que esperamos os interese.

Sin mucho meditarlo pero con toda la ilusión del mundo, hemos puesto en marcha una nueva Comunidad Literaria titulada Escribiendo que es gerundio. “¡Otra más!”, pensaréis, y no os falta razón, pero vamos a intentar que ésta sea diferente. Vosotros juzgaréis.

Esta Comunidad la vamos a dedicar exclusivamente a la propuesta de diferentes retos literarios con carácter periódico y formatos variados. Se trata de darles a nuestras musas un pretexto o un empujoncito, si llega el caso, para ponerse en marcha. Nada más y nada menos.

Cada quince días aproximadamente os propondremos un motivo para escribir algo (una frase de comienzo forzoso, unas cuantas palabras de uso obligatorio, una fotografía en la que basar el texto, un tema concreto a tratar, etc) y podréis medir vuestro ingenio con todos los demás participantes del reto. Para añadir alicientes habrá un ganador en cada ocasión que se llevará un diploma acreditativo como recuerdo, además de nuestro agradecimiento por haber participado. 

Como es natural todos los integrantes de la Comunidad podrán comentar, siempre desde el respeto y constructivamente, los textos de los compañeros. Compartir y someter nuestros escritos al juicio de otros, que, como nosotros, ponen en esto de aprender a escribir su empeño, siempre es una experiencia enriquecedora.

Los textos, para facilitar la tarea del jurado, se escribirán tal cual en el apartado correspondiente de la Comunidad, pero seréis libres de publicarlos también en vuestros blogs si lo deseáis y publicitarlos donde mejor os parezca. 
En esta Comunidad no se exhibirán entradas de blog en ningún momento, para eso ya hay muchas otras Comunidades. Aquí venimos solo a escribir.

Como el movimiento se demuestra andando, os invito a pasaros por
Ingresad en la comunidad  y poneos manos a la obra con el primer reto propuesto.



¡¡Bienvenidos y que las musas os acompañen!!




Estad atentos al primer reto que empezará en breve.

sábado, 15 de abril de 2017

Allegro ma non troppo





Me figuro que como todas las cosas, también la existencia tiene un periodo de caducidad y es por ello que ahora nos encontramos aquí, haciendo balance de lo bueno de todo lo que hemos compartido. 
Lo que nos queda ahora que nos enfrentamos al final.

Nos conocimos en la calle, yo era una perdida, de esas que no quiere nadie y de las casi todos se alejan. 
Me dijiste las primeras palabras amables que escuché salidas de la boca de un hombre.

Más tarde no podíamos vivir el uno sin el otro. Los días de sol significaban largos paseos por nuestros lugares favoritos, disfrutando de esa sensación de bienestar y seguridad junto a ti. Las tardes de lluvia nos quedábamos en casa oyendo música.

Se me erizaba la piel de todo mi cuerpo cuando decías mi nombre con ese tono alegre que ponías al llamarme. Era querida y lo sentía en lo más hondo, me hacías vibrar solo con tus caricias. 
Hubiera entregado mi vida por ti si hubiera sido menester.

Sin embargo siempre tuve una espina clavada en mi corazón, y es que nunca dejaste que te besara. Intenté no darle mucha importancia, eran manías tuyas, como la del excesivo orden que nunca conseguí comprender del todo. 
Además la tristeza era compensada casi de inmediato cuando me preparabas mi comida favorita. Eras un cocinero excelente entre otras cosas.

Ahora noto tu abatimiento. Una mezcla de angustia y de tristeza cuando pones tu mano suavemente sobre mi cuerpo vencido. Casi no puedo moverme, hace unos meses dejó de funcionar. Me duelen los huesos, no me sostengo en pie y me adormezco a cada instante.
Te miro como siempre, con adoración, como solo se merece el mejor compañero que me pudo tocar en suerte. 
Me voy despidiendo de ti, poco a poco, sin aspavientos. Convencida de que si nos volviésemos a ver nos reconoceríamos de inmediato y volveríamos a jugar, a pasear y a correr. 

Y en mis sueños más locos me dejarías lamerte la cara y llenarte el pantalón de pelos.

Cierro los ojos, no sin antes haber visto unas lágrimas en los tuyos.




Derechos de autor: Francisco Moroz


Relato presentado al reto de las tres palabras en la comunidad de:
-Relatos compulsivos-



lunes, 10 de abril de 2017

Escena final






Subió los diez pisos hasta la azotea para contemplar su último ocaso, era fabuloso sentirse vivo. Pero iba a durar poco su alegría. Había empezado a emocionarse por muchas cosas, y no podía olvidar que era un fugitivo.

Él había sido testigo de hechos extraordinarios. Cuatro años de intensas experiencias. Todos esos momentos se iban a perder en el tiempo como lágrimas bajo la lluvia.

El astro terminó de ocultarse entre los edificios mientras empezaban a caer las primeras gotas. Restalló el disparo. Esta vez el replicante no necesitó a un Blade Runner para cumplir con su fatal destino.

De fondo sonaba Vangelis.



Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 9 de abril de 2017

Grietas




El amor y el odio
grietas son de un cuerpo sólo ;
el gemido y la risa,
la canción y el lamento.
Todo se refleja afuera
y se confunde adentro.

Mezcla de luz y de sombra,
todo cerrado y abierto,
tempestad y calma
paraíso e infierno.

En tenso equilibrio a veces,
en paciente espera siempre;
en dualidad armoniosa
o rompiendo el compás permanente
de la rutina insidiosa.

Transparencia opaca,
grietas de nieve o de roca;
brechas que supuran muerte
y las que destilan gloria.

Miradas de rencor,
sonrisa luminosa,
lagrimas tristes.
Pasión, penuria, tormento.

Fuentes que derraman vida a chorros
de aire, de sangre a raudales.
Desde la entraña misma en lo profundo,
prosa y poesía eterna.

 Heridas que conducen
donde nace el dolor y nos tortura,
donde se esconde la angustia y nos desgarra
haciéndonos dudar y tener miedo.

Sufrimiento y gozo en lucha continua,
cuerpo a cuerpo en batalla cruenta
en las que victorias y derrotas
se fraguan al mismo tiempo.

Siendo blanco, gris y negro.
Sin importar el color,
ni la forma, ni el sabor;
lo mismo frío o calor,
verano, otoño o invierno.

Delirio eterno de existencia
en la que el bien y el mal están tan cerca y tan lejos.
A veces bien definidos
otras en polos opuestos.

Locura de piedra y de viento
danzando en tu corazón, caminando en tu cerebro.
Donde solo tú decides cuales son las grietas
por donde mana la savia
del inconformista joven
o la del derrotado viejo.



Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 5 de abril de 2017

Allá donde se cruzan los caminos




Le está resultando una jornada especialmente dura, pues es su  cumpleaños y le hubiera gustado estar con su familia en vez de en la carretera. Salió de Oviedo hace unas cuantas horas en dirección a Madrid con la furgoneta de la empresa de transporte urgente.

De madrugada, y como siempre, le acompaña la emisora amiga, esa a la que puede llamar el oyente y conversar unos minutos con la locutora, e incluso hacer una petición musical.
Nunca llamó, pero hoy se encuentra especialmente sensible, echa de menos a los suyos. Se decide a hacerlo, pues necesita conversar con alguien.
Utiliza el “manos libres” para seguir conduciendo mientras habla; cuando ya le han atendido y mientras espera a entrar en antena escucha esa voz cálida que parece arroparle y que comunica:

–Un nuevo oyente nos llama desde la carretera, se llama Juan Pedro. ¡Hola Juan Pedro! ¿Qué tal estás?

– ¡Hola Raquel! ¡Pues mira! en plena jornada laboral, conduciendo en dirección a Madrid.

– ¿Cuál es el motivo de tu llamada amigo?

–Ninguno en especial, ya sabes de la soledad y la melancolía que a veces le embarga a uno, y esa especie de congoja que nos entra cuando echamos de menos a los seres queridos. Además es mi cumpleaños y me he dicho: Voy a llamar a los de la radio. ¡Os escucho a menudo! pues os he elegido como emisora que me acompaña en mis viajes a lo largo de la noche. Y en esta, que es el final de un día señalado en el que me siento un poco desolado, he decidido llamar.

– ¡Pues Muchas felicidades por tu cumpleaños y gracias por elegirnos! Esperamos que con nuestra pequeña aportación te suba el ánimo y logremos que te sientas mejor. Dime: ¿De dónde eres Juan Pedro?

–De Cádiz, del barrio de San Juan para ser más exactos, pero vivo en Madrid.

– ¿Y por qué te fuiste a la capital, si puede saberse?

–Por mi mujer que antes fue mi novia. Después uno se establece y sienta la cabeza. Los hijos, el trabajo, y allí me quedé: en el pueblo más grande de España.

– ¿Conociste a tu mujer en Madrid?

–Es una historia algo larga. ¿Te interesa?

–Tenemos tiempo Juan Pedro y hoy es tu cumpleaños ¿No? sea esto parte de nuestro regalo. Unos minutos más de la cuenta en las ondas.

– Bueno, pues te cuento Raquel. Resulta que un grupo de amigos decidimos pasar en la capital una noche vieja algo loca. En la puerta del sol y tomando las uvas ¡Ya ves que tontada! Por entonces yo era una especie de fugitivo de mi mismo, estuve tonteando con las drogas y aunque quería salir de un entorno opresivo que me condicionaba en un bucle sin fin; no era capaz de conseguirlo.
Ese viaje me pareció una especie de puerta de salida para huir de lo cotidiano. Conocer la capital en la que nunca había estado era un aliciente muy atractivo. La marcha de la noche madrileña me sedujo de tal manera, que pensé quedarme definitivamente, y la fortuna se interpuso en el camino…

–… ¿La fortuna?

–O casualidad ¡vete tú a saber! Fue en los baños de un garito de Fuencarral donde al entrar vi una jeringuilla encima del lavabo y al sujeto que se había metido el chute. Al mirar su reflejo en el espejo, un rostro ajado por los excesos me observaba con estupor, y me pregunté si era eso lo que yo quería para mi vida…

…Mis colegas y yo conocimos a unas estudiantes de enfermería con muy buen rollo que se unieron a nuestra fiesta personal. Ella se encontraba allí; noté desde el principio que yo le interesaba y no tardó en decírmelo. Desde entonces se convirtió en mi princesa.

– Nos has abierto tu corazón esta noche Juan Pedro. Ahora mismo estoy emocionada, te lo confieso. ¿Crees en el destino?

–El destino es algo que forjamos nosotros con nuestros aciertos  y errores, pero creo que algo de esa historia que vamos escribiendo entre todos confluyó en aquél encuentro no premeditado. El destino es como un cruce de caminos, ese “Kilómetro cero” donde has de abrir esa puerta que te permite encontrar tu camino personal, ver el brillo de ese sol que debes descubrir por ti mismo.

– Buena filosofía queridos oyentes. Bonito juego de palabras metafóricas si ponemos que hablamos de Madrid. Como veréis tenemos poetas, personas interesantes entre los que nos escuchan y nos llaman. 
Dime tus principales prioridades Juan Pedro.

–Me lo pones fácil Raquel, te diré tres a bote pronto. La primera es ella, la mujer que me acompaña desde hace 20 años, y naturalmente las otras dos, nuestros hijos. Esos dos fenómenos que son uno del Atleti y el otro del Real ¡Menudo conflicto tenemos en casa cuando hay partido!¡Pues yo soy del Cádiz! 
Ellos tres serían mi último pensamiento. Mi mujer y mis hijos, no los equipos de fútbol naturalmente.

– (Risas en el estudio). ¡Cuéntanos amigo! ¿Qué es lo que más te gusta en esta vida?

– Esa pregunta ya no es tan fácil de contestar pero te diré tres que se me vienen a la cabeza ahora mismo: Las personas positivas que saben sonreír a pesar de todos los inconvenientes y salen adelante, los gatos negros, y la música de Joaquín Sabina.

–Curiosas respuestas a las que otro que no fueras tú  hubiera contestado de forma previsible…

Empieza a llover y Juan Pedro activa los limpia parabrisas. Es una noche que invita a la reflexión, al encuentro, al descanso, Y él está ahí, en pleno mes de noviembre conduciendo hacia su destino, ese Madrid que le acogió como hijo adoptivo.

Vuelve a escuchar esa voz acariciadora de la locutora que afirma.

–…Veo que no eres nada supersticioso, pues te gustan los gatos negros, y muy asertivo, ya que valoras a las personas luchadoras que no se arrugan ante los inconvenientes, pero: ¿Y Sabina? ¿Por qué te gusta este cantautor?

–Juan Pedro sonríe antes de contestar. – A Sabina lo definen como un poeta canalla. Sus letras hablan sobre desengaños, traiciones y desamores, esos: Voy cuando estoy volviendo y te quiero porque no te quiero y contigo pero sin ti. Sus letras le definen. Por otro lado desde que le escuché por primera vez, y ya te estoy hablando de muchos años atrás; creo reflejarme en muchas de sus letras que parecieran estar escritas para un servidor.

– Bueno pues si te parece Juan Pedro, nos vamos despidiendo para dar  paso a otros oyentes que nos acompañan en las ondas.
¿Algún deseo, después de apagar las velas de esta tarta imaginaria que te hemos preparado en el estudio de radio?

–Volver algún día a Cádiz, quizás cuando me jubile, y poder contemplar con calma ese mar que en la capital es imposible de ver, y con un chupito de ginebra en la mano, o una cerveza si llega el caso. Y un segundo deseo sería una canción del "Flaco de Úbeda", pero no la que se titula "Que se llama soledad" ¡Por Dios! Que ya he tenido bastante por hoy.

– (Más risas en el estudio) Pues si te parece Juan Pedro, con ese salero andaluz tan gaditano y con esa canción de tu querido Sabina por el que también sentimos admiración algunos de los de esta emisora, nos despedimos ¿Quieres algún título en especial?

– La que elijáis me viene bien. Gracias Raquel por tu atención y tu compañía. También por tu simpatía.

–A ti Juan Pedro por tu llamada, aquí estaremos fieles a nuestra cita para cuando gustes o necesites llamarnos. Dejamos que la música suene en esta noche que nos pertenece...

Se corta la comunicación mientras la locutora presenta a los oyentes esa canción que han elegido para Juan Pedro.

Para su sorpresa, empiezan a sonar los primeros acordes musicales de guitarra de esa poesía cantada que tanto le gusta, esa que le define a él mismo y a parte de su trayectoria vital. Nunca creyó en las casualidades, pero esta, es una de las tantas que le van convenciendo de ese destino que se escribe para nosotros. En esta canción el cantautor pareciera ser un oráculo.

La ciudad ya se vislumbra a lo lejos, mientras, la lluvia persiste en su caída libre desde un cielo plomizo y gris. Viéndola en panorámica desde la A6, y con todos esos cientos de miles de luminarias, comprende otra de las estrofas de la letra que va escuchando:“Las estrellas se olvidan de salir"

Cuando entra por el túnel cercano al faro de Moncloa que no es faro de mar sino linterna y mirador cosmopolita, ve de forma inesperada por el retrovisor los destellos de las luces estroboscópicas de una ambulancia del Samur que se le echa encima con urgencia, intentando adelantarle lateralmente y por detrás de forma imperiosa. No dispone del tiempo suficiente para reaccionar de forma adecuada y a causa de los nervios da un violento volantazo a la derecha. En unos segundos es consciente de la inminente colisión que va a tener lugar contra uno de los muros del subterráneo...

…"El furgón, al chocar contra la pared de hormigón sale despedido contra la mediana y comienza a voltear sobre si mismo. Este modelo no lleva airbags, y el cinturón no es suficiente para librar al conductor de sufrir múltiples contusiones que ocasionan rotura de vertebras, y un traumatismo cráneo encefálico al golpear contra el volante que causa la muerte casi inmediata del único ocupante.

El forense apaga la grabadora donde queda parte de su informe, sin llegar a saber que justo unos minutos antes del accidente, Juan Pedro escuchaba a su querido Sabina entonando las últimas notas de su canción favorita. Cuatro estrofas finales que son toda una declaración de intenciones, como un epitafio de desamparo. Intuyendo que su destino sería el de regresar a su tierra natal, pero no como el hubiera querido. "La muerte pasa en ambulancias..."
Su último pensamiento, el que le hizo verter una lágrima que corrió por su mejilla. Fue el dedicado a los seres que ya no podrían abrazarle tras regresar a casa. 

"Cuando la muerte venga a visitarme,

que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie
pongamos que hablo de Madrid".









Derechos de autor: Francisco Moroz


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