sábado, 29 de agosto de 2015

Con la vista atrás

Lo prometido es deuda adquirida, y llegó la hora de cumplir la que le hice a Kirke mi ahijada bloguera. 
La dedico este escrito que ella comprenderá.



Pisando el asfalto y mi oscura sombra

cuantas veces pienso: ¡Que mal va la cosa!
Poco hemos ganado a cambio de olvido,
perdimos la esencia de ser como niños.

Rememoro tiempos en que siendo 
crío
todo lo admiraba como gran prodigio.
Nada era tan feo, nada tan maligno.
Y el resto era hermoso y limpio altruismo.

Jugaba en las calles con mis compañeros,

seguro era el barrio, viejo y conocido.
Árboles plantados y bancos con sombra,
gente conversando, portales abiertos.

La imaginación era luminaria,

prisionero el ocio de nuestra agudeza.
Libros y balones y hasta bicicletas,
conformaron mundos de ilustre grandeza.

Eramos felices con tan poca cosa,

que simples columpios eran fortalezas
y charcos de patio, ríos y hasta presas
donde navegaban barcos sin bandera.

Con papel impreso de cualquier diario

volaban aviones desde los balcones,
y un cuento contado por nuestros abuelos
era precedido por soñadas noches.

Papeles en blanco eran nuestros lienzos

donde dibujar héroes y guerreros,
princesas hermosas, animales fieros,
y secretos mapas de piratas tuertos. 

Ahora todo es fácil, brillante y costoso,
mucho cachivache que nos vuelve locos. 
Los niños se aburren, se hacen perezosos
y lo imaginado no es lo más hermoso.

Paseo la calle, las plazas y parques

solo veo coches y gente apurada,
no veo chavales jugando a las chapas
no ruedan canicas no giran peonzas.

Virtuales juegos, efímeras charlas,

la pandilla a muerto a causa del whasapp.
Besos digitales y emociones vanas
todo una mentira pixelada y falsa.

¡Ay! Los tiempos cambian a cada momento
¿Pero en que sentido estamos perdiendo
toda la alegría y el divertimento,
de pequeñas cosas hechas con talento?

Pienso en un alarde, generoso y cierto

que quizá el problema sea sólo nuestro.
Ya no es nuestra historia, es la de los nietos
y es que con los años nos hacemos viejos.

Y antes que esto ocurra yo lo dejo escrito,
que esto no se olvide cuando lastre el tiempo.
Yo no quiero irme sin dejar memoria,
que ya vienen otros empujando fieros.



                                                  Derechos de autor: Francisco Moroz

miércoles, 26 de agosto de 2015

El de Durruti 1ª parte

Relato en tres partes



         17 de Noviembre de 1936 - Ciudad Universitaria- Madrid

                              (Reflexiones de un combatiente)

Los ataques por parte de las tropas golpistas se recrudecen por momentos, ya somos pocos los que mantenemos las líneas de defensa en la Ciudad Universitaria. Las tropas enemigas están a las puertas de la ciudad de Madrid bajo cuya consigna del ¡No pasarán! se hace fuerte e intenta resistir.


Me llamo Vicente Cardull, tengo 25 años y combato como miliciano en la conocida columna Durrutti.


El fuego es intenso, se lucha edificio por edificio, con saña fratricida de tal forma que no apreciamos contra quién disparamos. Las granadas de mano vuelan a través de las ventanas y caen por el hueco de las escaleras, es una defensa a la desesperada; Los bombardeos continuados por parte de la aviación han minado la moral de muchos milicianos de tal manera; que gritan cuando oyen silbar las bombas sobre sus cabezas, ese sonido terrorífico que anuncia el caos y la muerte que desencadenan tras explosionar.


Los sacos terreros no son lo suficientemente fuertes para frenar el miedo y el impulso de huir.

Dos días sin dormir son muchas horas de vigilia, y los nervios están a flor de piel, adormecerse no es posible entre la barahúnda del ruido de la batalla.

A pesar del esfuerzo y el sudor tirito de frío, es un Noviembre crudo como la misma guerra en la que estamos inmersos, y aunque la caída y toma de la ciudad por parte de los sublevados podría significar el fin de la misma, no cabe imaginar la magnitud de las represalias que serían llevadas a cabo por parte de los vencedores. Madrid no debe caer.


¿Por qué hemos llegado a estos extremos en donde no hay caminos de retorno?


Una bandera de la legión y dos compañías de Tabores, "Los moros" han cruzado el río Manzanares por la Casa de Campo y se han hecho fuertes en algunos de los edificios de las facultades; presiento que pronto recibiremos órdenes de repliegue hacía posiciones más ventajosas, pues no somos capaces de repeler ni de aguantar mucho más tiempo, el fuerte ataque de estas tropas enloquecidas y con sed de sangre y muerte.


Silban las balas alrededor de la barricada donde me parapeto agarrando con fuerza mi Máuser de cerrojo, me aferro a él como si me fuera a salvar del peligro, todavía creo en los milagros a pesar de confesarme ateo y agnóstico. Conceptos vanos formados por palabras, que cuando soñamos, sufrimos y padecemos no tienen ningún significado. Después de todo ¿Qué somos? sino insignificantes figurantes de comedias, tragedias y dramas continuados hasta nuestro fin y salida de escena en el teatro de la vida. 

Creer puede llegar a significar un consuelo y un bálsamo ¿Pero qué culpa tenemos los que pensamos de otra forma?¿Somos peores seres humanos?¿Carecemos de sentimientos?¿No lloramos y reímos igual?¿No sangramos por las mismas heridas?

Me asomo un instante y disparo al frente, no se bien a quién. Me responde una ráfaga que levanta lascas de madera y piedra. Al rato un obús de mortero cae cerca de mi posición. He visto morir a muchos compañeros, vinimos al frente unos 1500 desde el de Aragón y nos han borrado como a sombras, que es en lo que nos hemos ido convirtiendo.


Soy todavía joven, pero presiento que mi vida no tiene futuro ni horizonte, solo sobrevivir ya supone un sacrificio, un sufrimiento el respirar el aire lleno de polvo de escombro y de destrucción.

¡Por fin! Llega la orden de repliegue, oigo las voces de los mandos que todavía quedan, insistiendo en la retirada hacia el edificio del Hospital conocido como El Clínico.

Agachado para no convertirme en blanco fácil retrocedo poco a poco para levantarme de pronto y echar a correr como alma que lleva el diablo; hasta el siguiente parapeto o la próxima trinchera. Veo los cadáveres de los que fueron camaradas de mejores tiempos, y aunque me empecino en pensar que todavía creo en los milagros, veo que la muerte, no acepta pago a cambio por pasar de largo y no fijarse en tu frágil existencia. 


Un fogonazo en mi cerebro me anuncia que llegó mi hora, el dolor viene después, intenso y paralizante. Caigo de bruces y mi pecho impacta contra ladrillos y barro. Muero y soy consciente. Me acuerdo de los míos, de los que dejo y me precedieron en la muerte; no me dio tiempo suficiente para poder amar, pero si me sobró para odiar a aquellos que nos empujaron a desangrarnos como animales, impidiéndonos vivir con la dignidad de los hombres. La oscuridad me rodea, después la nada.




Derechos de autor: Francisco Moroz

domingo, 23 de agosto de 2015

La ternura de los lobos

La ternura de los lobos











De: Stef Penney





"Me he acostumbrado al silencio y a la pureza del aire, que hace que todo parezca más claro y nítido...Como el lugar no tenía nombre, lo llamé Dove River, el río de la paloma."

La historia está ambientada en el siglo XIX, en el noreste de Canadá en un pueblo fundado por pioneros escoceses llamado Dove River. Esta localidad aparentemente tranquila se ve sacudida por un trágico suceso: el asesinato de un viejo trampero francés conocido por todos llamado "Laurent Jammet"


A partir de este momento una cantidad de personajes de condición variopinta intervendrán de una manera u otra en la investigación del suceso al igual que en la resolución del mismo. Un joven llamado "Donald Moody" enviado como delegado de la Hudson Bay Company que tiene el monopolio exclusivo del comercio con las pieles de la región y que es la responsable de impartir justicia, Un curtido y a su vez vilipendiado periodista que decide sacar a la luz este acontecimiento que le hace rememorar alguna historia del pasado. Empresarios, abogados, nativos y colonos conformarán un crisol de personalidades muy bien desarrolladas por la escritora.


Se da la circunstancia que a la vez que se produce la muerte del traficante de pieles desaparece "Francis" el hijo adoptivo adolescente de la señora "Ross una mujer con un pasado un tanto intempestivo.

"Cada vida tiene su porción de sufrimiento pero...si has cruzado un océano y has perdido a tus padres y a una hija, creo que está claro que a tu vida le ha tocado una porción mayor que a la mayoría."


 Ella no está conforme con la versión oficial de que su hijo sea el principal sospechoso; por tanto decide emprender un viaje a la búsqueda del mismo, acompañada de un reputado rastreador indio Mohawk llamado "Parker". Ambos tendrán que afrontar el frío y las nieves a la vez que al miedo a los lobos a los Iroqueses y a sus propio secretos y traumas interiores, con tal de encontrar al muchacho y demostrar a todos la inocencia del mismo.




Una obra que podría encajar bien en varios géneros como el de aventuras, policíaco, intriga, thriller, viajes. La manera en la que está conformada la obra 
nos hará recordar en buena medida a escritores como" J.F. Cooper","Jack london" o "Rudyard Kipling" con sus novelas "de frontera" que describen paisajes, espacios abiertos, selvas y estepas y la ineludible realidad de la nimiedad del ser humano frente a la grandiosa naturaleza en su estado más puro.  

Curioso es destacar que la autora es de origen escocés y que no conoce Canadá por un problema personal de agorafobia, detalle que dice mucho sobre su acertada documentación de biblioteca para afrontar una historia desarrollada principalmente en la tundra helada canadiense.


Eso me trae a la memoria a otro gran autor que nunca viajó ni conoció los lugares que nos describía con detalle en sus obras: "Emilio Salgari"



Si he de destacar algo de este libro es el análisis psicológico que hace "Stef Penney" de sus personajes. Conoceremos sus traumas, ambiciones, miedos e ideales, dudas, sentimientos y motivaciones. Ninguno sobra a pesar de la cantidad de ellos que aparecen en la historia, desarrollando su papel  personal eslabonado con las vivencias del resto.


Todos conformando una linea argumental que a veces por su densidad se nos hará un tanto lenta a la hora de avanzar en la lectura; es de esos libros que hay que tomar con tiempo para degustar el detalle de las ilustrativas descripciones, que hasta nos harán sentir el frío en nuestra piel, el hambre y los escalofríos al oír los aullidos de los lobos y palpar la incertidumbre del futuro.

La prosa con la que escribe es sencilla y detallada pero no por ello dejaremos de notar cierto desorden aparente en la forma de relatar ¡Aunque no nos equivoquemos! somos nosotros los que tenemos prisa por adelantar los acontecimientos y por ello intentaremos hacer trampa queriendo realizarlo antes de lo conveniente. La escritora se toma su tiempo y habremos de ser pacientes desenrollando la madeja.

En ciertos párrafos el lenguaje adquiere tintes poéticos y metafóricos:

" El agua gotea de los aleros. el sonido es ineludible: tenue pero insistente, como la voz de la conciencia."


El final es el que no me acaba de convencer, en mi opinión ha dejado algún hilo suelto de la trama, causas inconclusas y sin resolver... Una apreciación personal ya que en la vida real es lo que ocurre: la justicia nunca es justa y los malos no siempre pagan; igual que los enamorados no consiguen casi nunca que el objetivo de su pasión le corresponda. "Cést la vie".


En al narración intervendrán dos voces narradoras: la de la señora "Ross" contando las peripecias de su aventura personal a la vez que sus pensamientos, y la omnipresente y principal que irá desgranando las generalidades de la historia. Los diálogos justos, muy secos y con muchos silencio y sobreentendido. En alguna ocasión con mucha parquedad de palabras dado el carácter hermético de los recios pioneros.


Al final nos daremos cuenta durante el trascurrir del relato que lo que estamos leyendo son muchas micro-historias personales que son enmarcadas en una sola general; protagonizada por hombres y mujeres toscos y rudos con un pasado que olvidar y con nuevas expectativas en las que basar su nueva vida en el recién estrenado nuevo mundo.


El título a mi entender se refiere a ello como metáfora y oxímoron, donde se nos intenta hacer ver la relación de la delicada ternura escondida en la salvaje naturaleza. 

Una autora novel recién descubierta que sobre todo es cineasta y guionista, y aún así parece prometer cosas interesantes para más adelante. Por el momento se está adaptando la novela al cine; no esperéis a ver la película antes de leer el libro. Es mi consejo de siempre, perderíais la esencia del mismo.




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