martes, 6 de octubre de 2015

Crímenes exquisitos

Crímenes exquisitos





De: Nieves Abarca y Vicente Garrido














El cuerpo de una muchacha a la que se identifica como "Lidia Naveira" aparece flotando en el estanque de Eiris en la Coruña. 

Algo que no pasa desapercibido para los investigadores, es el entorno y la escenografía desplegada alrededor de la víctima. Todo parece recrear al personaje de "Ofelia" del famoso cuadro de " John Everett Millais": la colocación de sus cabellos y sus manos, la ropa de época, las flores...


Unos meses antes en Inglaterra y cerca de la abadía de Whitby, apareció el cadáver de otra muchacha identificada como "Patricia Janz", decapitada de forma brutal y posteriormente exanguinada. El entorno y la situación en la que se encuentra el cuerpo de la chica hace recordar un pasaje del "Dracula" de " Bram Stoker"

Ofelia de John Everett Millais

¿Qué relación existe entre un suceso y el otro, perpetrados en lugares geográficamente tan alejados? 
¿Un asesino en serie, brutal y metódico realiza sus crímenes ritualistas en ambos lugares?

De la investigación se hará cargo, una joven y avezada inspectora del cuerpo nacional de policía de la Coruña llamada. "Valentina Negro" naturalmente, su atractiva presencia no es óbice para poseer una inteligencia deductora de primer orden, junto a una preparación física envidiable.

Nos enamorará desde el primer capítulo en el que como aperitivo introductorio, la veremos envuelta en la resolución de otro caso en el que se involucrará de forma muy personal arriesgándolo todo.

Otro personaje principal entrará a escena muy pronto. Se trata de "Javier Sanjuán" un famoso criminólogo que a su vez escribe libros que le han hecho adquirir una fama y renombre nada despreciable.


Este, se encuentra impartiendo una conferencia en la ciudad, siendo requerido para colaborar con la policía en la resolución de este caso, en donde se requiere a un experto en perfiles criminales.  "Valentina" y "Sanjuán" se entenderán bien desde el principio y unirán sus fuerzas, complementando sus cualidades personales para intentar resolver los misteriosos asesinatos que se van solapando. 

Pues el asesino parece ir de continuo un paso por delante de ellos, con tiempo suficiente, para dar a sus víctimas ese toque especial de obra de arte, siempre presente en la muerte.

"Alguien que cambie el Arte para siempre. Es el artista, en mayúsculas. Y su materia prima es el asesinato."


Se trata del primer título de una trilogía muy elaborada escrita a dos manos por dos autores de lo más dispar, pues se trata de un profesor de criminología forense de la universidad de Valencia, y escritor de ensayos sobre su especialidad llamado "Vicente Garrido". Y una periodista con conocimientos sobrados sobre historia del arte, anatomía forense y medicina legal. Un tamden perfecto para escribir una novela de este tipo, de tal manera, que personalmente me hacen pensar si los protagonistas no dejan de ser dos "Alter Egos" de ellos mismos.


Cuando hablamos de trilogías nos entra un poquito de pereza, sobre todo a los que estamos acostumbrados a leer libros resolutorios en los que no tienes que esperar a las siguientes entregas para conocer desenlaces. 

En este caso os garantizo que podréis leer cualquiera de los tres títulos por separado, sin apreciar que os falte nada, pero recomiendo hacerlo en orden para disfrutar de una obra redonda en su concepto, planteamiento y elaboración.

El lenguaje es claro y directo con un narrador presente en toda la historia que nos irá introduciendo en los diferentes escenarios, explicándonos al detalle los entornos y las escenas desarrolladas; implicándonos como testigos de privilegio con todo el horror que supone estar presentes, en los escenarios de crímenes perpetrados con una saña y delectación propia de sádicos.


Los personajes no me han resultado nada empalagosos a pesar de tener unas cualidades personales envidiables, pero ninguna de ellas conseguida con varita mágica sino a base de estudio, preparación y sacrificio. También serán portadores de sus propias miserias; con lo cual se nos harán cercanos y creíbles.


Otros secundarios aparecerán de continuo, entrando y saliendo de escena, pero ninguno prescindible, todos tendrán un porqué y un sentido a la hora de aportar emoción y acción a la historia y es que; si algo caracteriza a esta novela negra es su carácter de thriller de acción trepidante que hace que las 800 páginas de este primer tomo se hagan apasionantes y ligeras, a la vez que adictivas. 

La única pega es el grosor del volumen que se hará pesado de trasportar. pero actualmente gracias a la tecnología hay otras opciones que no nos privarán de llevarlo a todas partes.


Abadia de Whitby

El valor añadido de estos dos escritores ha sido la capacidad no solo de narrar una historia sin flecos pendientes, sino de contarnos otras, adyacentes a los protagonistas, referentes a sus vidas privadas y sus intereses personales, con detalles, que darán sentido a algunos capítulos y que encajarán de una forma natural  dentro de la trama argumental general.

Encontraremos por otro lado, continuas referencias sobre arte, música, literatura y cultura en general, algo que nos muestra parte de la labor de estos dos escritores a la hora de documentarse para escribir una novela coherente y sin fisuras y que convence.


"Bah. A la gente no le interesa ni la cultura ni el arte, ni nada parecido. Qué más da. Con tal de darles fútbol y más fútbol, ya están contentos." (Frase extraída del libro)


De esta forma aparecerán entre otros muchos personajes, un corrupto y vicioso promotor inmobiliario llamado "Pedro Mendiluce" involucrado en más de un negocio ilegal. O "Lúa Castro" una periodista de crónicas de sucesos: dicharachera, cara dura, sensual y atrevida, que tiene la cualidad de detectar las noticias impactantes e investigar sobre ellas por su cuenta, para sacarlas a la luz aún arriesgando su integridad física.


"Tiempo que pasa, verdad que huye."


"Geraint Evans" el inspector jefe en Inglaterra que colaborará con "Valentina" y "Sanjuán" y que se aleja del estereotipo de personaje inglés bucólico y lento de reflejos.

"Jaime Anido" fotógrafo y paparazzi oportunista, siempre tras la captura de imágenes escabrosas que le proporcionen su ansiado pulitzer.
"Christian Morgado" profesor de arte moderno y contemporáneo que nos ilustrará con sus conocimientos.

Todos ellos están perfilados de manera magistral y todos, con un papel definido y necesario dentro de la historia.


Cuando terminemos la lectura de tan adictivo volumen nos preguntaremos:¿Cómo es posible no haber detectado ningún pasaje, donde se note la diferencia entre la forma de escribir de uno y del otro escritor? 

Ellos confiesan que cuando terminan de escribir las partes que les corresponden, estas son revisadas por ambos. Haciendo crítica, puliendo, añadiendo o quitando, de tal manera que consiguen una escritura homogénea.

"Nieves" se hará cargo de describir los sucesos truculentos y con más morbo y violencia. "Vicente" del perfilado criminal y la parte técnica de la historia.


Estamos ante una novela negra, negrisima. Tan oscura como nuestras más tortuosas pesadillas y no apta para lectores sensibles.

Muy recomendable sin embargo, para los amantes de la novela de este género que incluso cuando piensen que todo está concluido, serán sorprendidos por un inesperado final. 

" El arte y el crimen se han unido en un todo inextricable y se produce una explosión avasalladora de placer sin adjetivos morales, porque la verdad de lo sentido está por encima de cualquier otra consideración."



Los Autores:
                                                            
Nieves Abarca Corral: 
Nació en A Coruña en 1968. Estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela y es Máster en Periodismo por la UOC.
Tras licenciarse, vivió en Londres alrededor de dos años. Ha sido directora de una revista de divulgación cultural, además de colaborar en varias publicaciones de A Coruña y Ponferrada como redactora y fotógrafa, y en programas de radio sobre música clásica. Durante trece años trabajó en un cuartel de la policía local.
Ha realizado estudios de perfilación criminal en A.D.E.I.T, la Universidad Católica de Valencia y la Universidad de Santiago de Compostela.
Actualmente vive en A Coruña y trabaja en el Ayuntamiento.
Vicente Garrido Genovés:
Nació en Valencia en 1958. Se graduó en Criminología en 1980. En 1984 obtuvo un doctorado en Psicología por la Universidad de Valencia. Hizo estudios de postgrado en Otawa, Canadá en 1986. Es profesor en la Universidad de Valencia, donde imparte Criminología Forense y Pedagogía aplicada a la delincuencia.

sábado, 3 de octubre de 2015

En un lugar de la Mancha y de la galaxia

Esta entrada está relacionada con esa otra que subí hace unos días titulada: "En un lugar del universo" 
Una aportación para convencer al personal de la necesidad de reivindicar una estrella para nuestro mejor y más conocido escritor.



A despecho de vuesa merced, estimo su alterada actitud señora mía como algo untuosa. Me sorprende al parecerme desproporcionada con respecto al hecho que la provoca, al igual que harto inoportuna.


Me confunde tan desmesurado arrebato, no veo en ello nada más que desafuero y ¡Por cierto! ninguna donosura vislumbro en vuestro alterado verbo, muy al contrario que en otras ocasiones en la que con melosa filípica lo engalanáis para sacar beneficio propio como tajada, en día de matanza de San Martín.


Prodúceme cierta desazón tal furia la desatada cual la del basilisco, que me hace recordar jornadas desabridas en Lepanto. Pues parecióme que las desmedidas palabras que me dirigís y con las que pretendéis recriminarme un proceder ominoso no han lugar; ni de cabal merecimiento mio. Al igual, que mis razones tampoco son peregrinas como para sentirme obligado a rebatir tal desatino palabrero; no creyéndome meritorio de tan brava verborrea por vuestra parte, ni aprobar el colérico modo de hacerlo.


Si yo me encuentro empeñado en tal empresa, será porque no estimo que sea una acción baladí ni casquivana mi conducta. ¡Doy fe de ello! y me acojo a sagrado si fuera necesario para mi defensa.

Que no es por desapego, ni por güero distraimiento el que porfíe en mantener mi postura. Que me gobiernan razones poderosas para hacerlo y no locura de orate malogrero.

Alego en mi favor, que grandes venturas nos deparará este mi cometido, en el que me hallo imbuido como por encantamiento de Merlín; y sería desatino el abandono en este punto tan magro y en sazón. Que ningún Hijodalgo en sus cabales abandonaría aunque le vinieran mal dadas. ¡Que no es el caso! 

En otras cuitas y reveses me he visto mucho más apretados saliendo airoso en brazos de las musas esquivas.

No seré yo el que rehúya como malandrín y malhadado pisaverde esta ocasión que se me antoja ventajosa ¡La obra de mi vida!

¡La que dará relumbre al idioma!¡Gloria a mi patria y loor a mi persona! a la par que fama al terruño que me vio nacer y tal vez, nombre a alguna estrella en el futuro.

¡Por tanto señora! No incordiéis con tal griterío ni alharaca, ni distraigáis mi cabeza con cuestiones peregrinas sin sustancia.

Que llegados a este brete y a fuer de ser sincero, me importa un comino y un ardite del mundo sus cuitas. Mucho más me importan mis escritos con enjundia que me cuestan mil desvelos como al enamorado Calisto la conquista de la tal Melibea.
¡Y con esto acabose el discurso que me tiene entretenido con vos
y alejado de mis letras!

- ¡Como quieras Miguelito!¡No se hable más de tal asunto! siga vos a vuela pluma con sus Dulcineas, Sanchos, Bachilleres, Curas y Boticarios; que ya voy cenando yo sola junto con al ama los duelos y los quebrantos preparados en tal mala hora ¡rediez! Que si llego a saber a tiempo, vuestro criterio sin par de ayuno voluntario, con bálsamo de "Fierabrás" fiado quedaseis a vuestra suerte.


-Si más tarde aprieta el hambre, se arrime vuecencia a la alacena y con el pan duro del galgo corredor, se hace unas sopas de ajo si es menester, ya que como rocín flaco preferís estar.


-¡Faltaría más las ínfulas desmesuradas del señorito escribano!

Has de darte cuenta querido, que las sopas de letras no se inventaron todavía y que lo escrito no alimenta las tripas desventuradas de los pobres escritores como tú, los que con tinta ensucian sus dedos y de locos enredos sus seseras reblandecidas.

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*Los cervantinos enredos significaron el comienzo, de nada menos que de la novela moderna que conocemos. Por tanto alguna noche sin cenar del genio de las letras, bien valieron tales penurias e inventadas diatribas y ¡Quién sabe! si alguna noche no brille una estrella allá arriba con el nombre propio del caballero de la triste figura; siendo nosotros parte consecuente de tal circunstancia habiendo premiado sus muchos desvelos.






                                                      Derechos de autor: Francisco Moroz

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