martes, 4 de octubre de 2016

Insultos y reniegos- 4- Puños para mangas





Cuenta una historia tan antigua tan antigua, que ni “La Maricastaña” esa había nacido todavía; que Dios terminó su creación y reunió a todos los animales incluido al hombre. Les preguntó si estaban conformes con su propio aspecto o si querían añadir o quitar algo que pensaran que faltaba o sobraba en su anatomía.

Todos sin excepción le dieron al creador su beneplácito, salvo, naturalmente el hombre, que se veía como un ser indefenso con respecto a los demás.
Por lo cual se dirigió a Dios de la siguiente manera:

-Señor veo que tú diste a todos los animales armas con las que defenderse de los peligros, herramientas con las que poder sobrevivir: Cuernos, garras y colmillos. Fuertes musculaturas y dientes afilados. Cascos, pezuñas y largas patas. A mí sin embargo no me has concedido ninguna de ellas. –A lo que Dios contestó:

-Criatura, veo que no aprecias lo que yo puse en ti como arma poderosa que sirve tanto para atacar como para defenderse del oponente.

-¿A qué te refieres Señor?

-A tu lengua, que mal usada puede ser mortal de necesidad. Más venenosa que el aguijón de un escorpión. Que puede herir como garra de tigre y embestir como cientos de cuernos de búfalo. Es afilada como los dientes del tiburón y el cocodrilo, más larga que Abril y Mayo o un día sin pan.
(Esto es de cosecha propia pues el pan y los meses del año fueron invenciones posteriores a la leyenda)

Con lo cual hijo mío, te pido sensatez en su uso, pues se trata de un arma de doble filo y puedes herirte y herir a otros sin querer.
El hombre no se quedó conforme y le dijo a Dios:

-Si es así, dame un instrumento para evitar este inconveniente, con el cual poder controlar y dirigir este instrumento mortífero. Dios a punto de perder la paciencia le contestó:

-Hombre. Te di el cerebro para eso, y la capacidad de discernimiento para lo otro. Al pequeño e insignificante ser le pareció poco e insistió.

-¿Y me podrías incluir en el pack, una compañera ideal que satisfaga mis deseos, sea bella, tierna, inteligente, sensual, que me dedique sus atenciones, me mantenga y me admire?

A lo que Dios frunciendo el ceño, con acritud poniendo fin al discurso y al incordio llamado hombre respondió:

-“Vete a hacer puñetas” 

Que venía a significar algo así como: "Quedas expulsado del paraíso"


Naturalmente esta expresión no la dijo Dios como podéis imaginar, la pronunció el hombre con esa lengua afilada que le entró en el lote, y que tanto progreso y bienestar nos ha otorgado a todos a lo largo de los siglos. ¿¿¿¿????

Se trata de una frase que decimos para alejar a las moscas cojoneras, esas que molestan tanto y se vuelven tan cansinas y pegajosas que ni haciendo molinetes con los brazos podemos espantar. Este tipo de moscas son de género " Sapiens " en teoría. 

Generalmente se trata de congéneres obtusos que entran a engrosar las filas de esos estúpidos a los que me refería en una entrada anterior.

Los burros y las vacas tienen el rabo para hacerlo, nosotros la lengua que puede ser tan larga o más que el referido rabo.

Pero ¿Qué es una puñeta?

Os respondo: Una puñeta es una especie de puntilla afiligranada, que se colocan en las bocamangas de las togas de los miembros de la judicatura; estas mangas son largas por lo general y hacen que en una postura natural caigan sobre los puños del individuo.

Su confección requería una inversión cuantiosa de horas y dedicación. Con lo cual la razón de mandar a alguien a confeccionar puñetas, significaba quitárselo de encima por un largo periodo de tiempo. Si a esto le añadimos que se confeccionaban normalmente en conventos apartados del mundanal ruido, o cárceles donde sus moradores eran de los de larga estancia…

Su significado quedaría pues como algo así: “Vete lejos y por mucho tiempo, y déjame tranquilo. Pero ciertamente con una mayor contundencia fonética.

Mi abuela también decía (En un aparte) y con mucha elegancia, a las visitas pesadas cuando estas se iban después de dar la tabarra:

¡Hala! “Marchad con tanta paz como descanso dejáis” 
y cuando se cerraba la puerta remarcaba a viva voz: "Es más el descanso que el sentimiento"

Mi abuela era muy familiar y toda una señora. Pero es que ciertas visitas eran como para no recibirlas.

y lo de " Tener pelos en la lengua" no iba con ella.


Derechos de autor: Francisco Moroz

lunes, 3 de octubre de 2016

Sabor a libertad



Da placer ver a esos pajarillos que juegan en el jardín, moviendo sus alas nerviosamente y mirando con desconfianza a los lados, adelantando sus cuerpecitos para volver atrás de nuevo en continuos brincos mientras buscan el alimento, se rebozan en la arena o se cortejan.

¡Ojala! Pudiera acercarme y jugar con ellos, implicarme en sus frágiles vidas y participar de su inocencia.
¡Ojala! Se confiaran a mi presencia y tener la oportunidad de regalarme con un tierno bocado de vez en cuando.

¡Qué le voy a hacer! Un gato tiene más hambre que principios.



Derechos de autor: Francisco Moroz

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