martes, 13 de diciembre de 2016

Yersinia





El otro, hombre o mujer, siempre muerto
, a veces a pares, por grupos, pero muertos. Y la asesina viva, invisible, en la sombra. Siempre presente en la escena del crimen, perpetrando de forma impune su personal masacre entre la población. Sin hacer distinción entre pobres y ricos, niños o viejos, con desapego e indiferencia. Se alió con animales impuros cosechando innumerables frutos.

Los habitantes de las ciudades donde cometía sus crímenes la conocían como “La negra” y no fue hasta acabar con la vida de cientos de miles de personas que descubrieron su verdadero nombre: “Yersinia pestis” que en realidad era la muerte disfrazada de bacteria.



Derechos de autor: Francisco Moroz

viernes, 9 de diciembre de 2016

8 de diciembre: De tercios y vírgenes.





No quiero dejar una “Mácula” en mi historial bloguero dejando de publicar esta entrada, aunque un día más tarde del acontecimiento festivo de ayer.

Todos, o prácticamente todos sabéis lo que se celebró, que no era otra cosa que el día dedicado a la virgen de la inmaculada concepción, tradición marianista cuyo origen está datado en el siglo IX y que llegó a ser un asunto controvertido, ya que había tanto defensores como detractores de esta idea que se debatía y en la que se proponía que la madre de Jesús hubiese sido concebida sin ese pecado original con el que nace el común de los mortales.
Se convirtió tras muchos años de polémica, en dogma de fe, y se hizo durante el concilio de Toledo convocado por Pío IX, allá por el siglo XI. 

Ya por entonces el rey visigodo Wamba era un reconocido defensor de la purísima concepción de María que es otra forma de llamar a la virgen Inmaculada. A este rey le siguieron otros como Fernando III, Jaime I, Carlos I, Felipe II y Carlos III. Muchos de ellos portaron en los estandartes de sus ejércitos la imagen con esta advocación. 

Desde 1644 fue fiesta de guardar en todos los reinos católicos pertenecientes a la corona española, declarándose igualmente dentro de la iglesia católica desde que el papa Clemente XI lo promulgó en 1708.

Fue el nombrado Carlos III, ese al que los madrileños llamaron “El mejor alcalde de Madrid” y que entre otras cosas mando edificar la famosa puerta de Alcalá; el que la nombró en 1761 patrona y protectora de la nación, creando para ello la real orden de Carlos III en su honor.

Pero ¿Por qué la celebración es el 8 de diciembre y no otro día?
Una respuesta nos viene de la propia iglesia que considera que la concepción de la virgen tuvo lugar en ese día y en este mes, 9 meses antes de la fiesta de su nacimiento: el 8 de Septiembre, y porque fue un 8 de Diciembre de 1854 en el que se proclamó el dogma por parte del papa.

Pero hay otra historia más épica, heroica y en parte milagrosa, de esos hechos que enaltecen a las comunidades que los protagonizan.

Fue el caso de tres Tercios españoles que fueron enviados a Holanda para dar apoyo a las poblaciones católicas asediadas por los protestantes en una isla de interior denominada Bommel , flanqueada y formada por dos ríos: el Mosa y el Waal.
En invierno se solían paralizar las actividades bélicas a causa de lo inapropiado de las condiciones meteorológicas, pero en esta ocasión ambos bandos decidieron aprovechar las circunstancias para socavar las defensas enemigas.

Las tropas rebeldes bloquearon las salidas de los ríos con naves, para de esta forma colapsar a los defensores y evitar que estos recibieran refuerzos desde el exterior. Abrieron las compuertas de los diques e inundaron canales, elevando el nivel de las aguas de tal manera, que los tercios quedaron en un aislamiento desesperado y sin posibles salidas.

La infantería española tuvo que concentrar su defensa en la colina de Empel. Para estos hombres, el hambre y el frío eran lo de menos, daban más importancia por entonces, al deshonor y la vergüenza que significaría perecer sin posibilidad de defenderse.

Se cavaban trincheras para resistir el asedio y los cañonazos desde las embarcaciones; y en una de estas fue encontrada por un infante, una tabla con la imagen pintada de una virgen inmaculada. Esta, posiblemente había sido enterrada por algunos holandeses católicos para evitar su destrucción o profanación por parte del enemigo.

Ya por entonces y como expliqué anteriormente, la advocación de la Inmaculada estaba muy extendida por todo el imperio y estos soldados, enfervorizados por este encuentro casual, interpretado como una señal del cielo;  se encomendaron a dicha Madonna, cantaron la salve y oraron con devoción para recibir una ayuda milagrosa.

Esa misma noche cayó una helada de tal magnitud, que las aguas que flanqueaban el reducto se helaron, y esto provocó que los barcos holandeses tuvieran que retirarse para evitar quedarse atorados por el hielo; circunstancia que aprovecharon los desesperados tercios españoles para salir de la trampa en la que se hallaban, y presentar batalla directa contra el oponente. Fue precisamente un 8 de Diciembre de 1585.

La victoria fue tan contundente, que el almirante de la flota holandesa se quejó de que en aquella ocasión "Dios se hubiera hecho español".
El historiador británico Geoffrey Parker calificó el suceso como “Helada milagrosa”.

Aquellos infantes imbuidos de esa renovada fe, en la virgen que les había proporcionado la salvación con ese milagroso acontecimiento, fueron extendiendo su entusiasta devoción a otros tercios, que adoptaron con el tiempo a la inmaculada como patrona de todos ellos, y por ende, en el año del Señor de 1892 y por real decreto de la reina regente María cristina de Habsburgo, lo llegó a ser de la actual infantería española, cuyos capellanes castrenses visten la casulla azul cuando celebran la eucaristía en este día dedicado a ella; que por otro lado es protectora de la academia general de cadetes, del estado mayor, cargos jurídicos, interventores, veterinarios y farmacéuticos; y venerada en muchas poblaciones españolas, portuguesas, italianas e hispanoamericanas.

En Sevilla se la rinde culto con especial entusiasmo y es prueba de ello que un famoso pintor barroco la dedicara muchos de sus cuadros. Estoy refiriéndome a Bartolomé Esteban Murillo que llegó a plasmarla en más de 20 de sus lienzos, siendo el más conocido el que se puede contemplar en el Escorial.

Por cierto, el primer templo edificado en honor a la inmaculada fue el del monasterio de san Jerónimo, sito en Granada. 

Yo ya dejo puesta mi pica en Flandes.




Derechos de autor: Francisco Moroz



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